Abandono

(Darro, Granada)
El carmín descascarillado de los tiestos, la gastada desnudez de los ladrillos que asoman tras el desprendido revoque, las plantas resecas y marchitas, todo habla de un ventanal florido y alegre en otro tiempo y que se truncó de pronto en olvido y abandono. A pesar de todo la persiana cuidadosamente recogida y el visillo corrido delatan  que alguien se marchita también en su interior. Alguien que, por alguna razón, un día ya no tuvo más ganas de regar ni de abrir la ventana ni de sentir la bulliciosa alegría de la calle.