Una imagen, a veces, puede valer más que mil palabras, pero en algunas ocasiones ocurre lo contrario y son las palabras las que exprimen la imagen para rescatar de su hierática quietud un pequeño detalle escondido o una fantasía que la redime del mero retrato de lo cotidiano.
Al escondite
(Almonaster, Huelva)
Muy pocos lo han visto pero a veces, en los pueblos pequeños de la sierra, cuando llega la dorada hora de la siesta y el calor aprieta, los pequeños naranjos juegan a esconderse en las callejas más estrechas.