Platero hastiado

(Madroñeros, Huelva)
—Pues sí, señora, yo nací en Moguer, pero al final me tuve que venir a la sierra. Aquello no era vida para mí. Todo el mundo llamándome “Platero” y sopesando la suavidad de mi pelo y el duro azabache de mis ojos. Y no le digo nada de aquel enjambre de locos recitándome poemas y haciéndome  fotografías los domingos. Qué pesadez de pueblo, oiga. Ahora vivo más tranquilo. Como puede ver, apenas viene nadie por aquí y mi amo es un ceporro que no sabría componer una sola rima. Nada de poesía, por favor, nada de  guirnaldas de flores bajo la luna ni payasadas de esas.