El zapato abandonado

…Y entonces los pequeños musgos y las plantas diminutas de aquella parte del bosque se subieron al zapato abandonado y esperaron con los ojos bien abiertos el momento en el que aquel mágico artilugio, igual que hacía con los hombres, se animara de nuevo a andar y los llevara también a ellos a otras  tierras lejanas y desconocidas.